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Otros rincones

Relájate y conoce Teruel

Ya sea en el interior de la ciudad o bien en extramuros, Teruel cuenta con una serie de lugares que invitan al paseo relajado.

Vamos a empezar por conocer la zona del Óvalo. Partiendo de la plaza de San Juan, en cuyo amplio cuadrado podemos admirar la arquitectura emblemática del Casino o del antiguo Banco de España, saldremos por la calle del Portal de Valencia que nos llevará fuera del antiguo perímetro amurallado. A nuestra derecha, una amplia Glorieta y en frente, un par de viaductos que comunican con el ensanche. El más antiguo, pionero en su tiempo, posee un arco impresionante e invita a la fotografía. Atravesando la Glorieta o bordeándola se alcanza el paseo del Óvalo. Desde su parte despejada de construcciones se puede contemplar el paisaje abierto del poniente de la ciudad y la vega del Turia.

Pronto se descubre la Escalinata neomudéjar que invita a bajarla y descubrir el relieve de los Amantes en su primer descansillo. A la derecha escaleras abajo, un antiguo convento restaurado alberga la sede del Gobierno de Aragón en Teruel. Al fondo, el Parque de los Botánicos Turolenses y la estación del ferrocarril. La cuesta del Instituto, tomada con calma, nos llevará de nuevo al Óvalo. Si el paseo lo hemos hecho por la mañana, muy recomendable en verano, podemos aprovechar para sentarnos en cualquiera de sus terrazas para tomar el aperitivo.

Un poco más largo, aunque no en exceso, es el paseo que nos lleva hasta la zona del convento de los Franciscanos. Podemos empezar partiendo del Óvalo, que ya conocemos, y bajar por la calle de San Francisco hasta la Colmena. Enfrente, situándonos sobre el puente que atraviesa el Turia, tomaremos contacto con las riberas del río y con su vega. Si continuamos por la avenida de Zaragoza enseguida alcanzaremos el convento de los Franciscanos.

Para los más andarines es recomendable alargar el paseo quinientos metros y conocer en el recorrido la Casita de la Farmacia, una gran chimenea industrial con buena decoración neomudéjar en su base y una de las joyas de la arquitectura de principios del siglo XX, como es la ermita de la Virgen del Carmen. Volviendo sobre nuestros pasos, reencontramos el convento de los Franciscanos con una hermosa iglesia gótica situada en medio de una plaza peatonal que cuenta con la antigua fuente y abrevadero de los Chorros. Si buscamos la calle Bajo los Arcos, nos sorprenderá el antiguo palacio de los condes de Parcent.

Un tercer paseo, éste más urbano, nos invita a conocer la parte alta de la ciudad en la que se encuentra el barrio de la Judería. En esta ocasión podemos partir de la plaza del Torico, la Plaza por excelencia de la ciudad. Subiendo por la calle del Tozal, cuyo nombre ya indica que nos conducía a lo más alto, llegaremos hasta el final y giramos hacia la calle Muñoz Degraín. Estamos entrando a la zona del trazado urbano más antiguo y más complejo. Esquina con la calle Ainsas, nos sorprende una hermosa casa palacio muy bien conservada. Podemos subir por dicha calle en la que se conserva algún viejo caserón y llegar hasta la plaza de la Judería. A su izquierda se encontraba el antiguo Alcázar.

A partir de aquí, el recorrido invita a explorar las estrechas calles de la zona. Una sugerencia puede ser bajar por Bartolomé Esteban, también conocida como calle de las Piedras, y a la altura de la calle del Caracol encontrarnos con el viejo claustro de San Pedro. Tomado la derecha, hacia la cuesta de San Pedro, contemplaremos el exterior del ábside de la iglesia y una magnífica casa de la burguesía turolense de finales del XIX. Entrando a la misma por la calle Muñoz Degraín se accede, a través de un establecimiento comercial, a un aljibe del siglo XVI que se puede visitar.

El conjunto de los tres aljibes de Teruel responde a las características constructivas tradicionales de los romanos.

En 1374 el rey Pedro IV “el Ceremonioso” ordena construir tres aljibes públicos, cuya función era recoger el agua procedente de la lluvia, deberían ser construidos en un lugar geoestratégico para aprovechar los desniveles de terreno de la zona más alta del interior de la muralla y conducir el mayor número de litros de agua al interior de los aljibes.

El lugar elegido para la construcción de los aljibes sería la Plaza del Mercado conocida hoy, como la Plaza del Torico; se aprovecharía el desnivel de terreno existente entre la parte más alta de la muela, (zona de la Judería) y la zona neutra del entorno de la Plaza del Mercado; para canalizar el agua de las distintas vertientes que convergen en este punto, hasta el subsuelo de dicha plaza.

La documentación consultada hace referencia a la construcción de tres aljibes; dos de ellos localizados Aljibe Fondero y Aljibe Somero y un tercero que todavía a fecha de hoy las catas arqueológicas no han conseguido detectar.

Acueducto Los Arcos

Situado en la parte norte del centro histórico de Teruel junto a la parte rehabilitada de la Muralla de Teruel encontramos una de las obras de ingeniería más relevantes del Renacimiento español.

Su construcción obedeció a la necesidad de mejorar el suministro de agua a la ciudad de Teruel, que hasta ese momento dependía de los grandes aljibes construidos en el último cuarto del siglo XIV en la actual plaza Carlos Castel y de varios pozos y aljibes más pequeños distribuidos por otros puntos del casco urbano. Las obras de la Traída se iniciaron en 1537, captándose el agua de la Peña del Macho, fuente situada a mitad de camino entre Teruel y Valdecebro; pero pronto debieron abandonarse debido a su elevado coste económico.

Para salvar el barranco que delimitaba por el Noreste la Ciudad, último gran obstáculo orográfico, Vedel diseñó Los Arcos, estructura que da nombre a toda la Traída. Esta emblemática construcción es de clara inspiración clásica y aúna magistralmente su carácter utilitario (acueducto y viaducto) con el representativo. Consta de dos niveles, el superior de seis arcos y el inferior de dos.

Al igual que otros monumentos de la ciudad, se vio muy afectado por los efectos de la Guerra Civil Española (1936-1939), llegando a derrumbarse algunos de los arcos. Sería restaurado al finalizar la contienda.

Viaducto y Monumento a La Vaquilla

El viaducto Viejo o de Fernando Hué en Teruel fue proyectado y construido en 1929 por el ingeniero Fernando Hué para facilitar la expansión urbanística de Teruel hacia el Sur, donde actualmente se sitúa el Ensanche, y su comunicación con tierras valencianas. Su gran arco central de hormigón armado (que fue récord español de luz en su momento) y la estética general de un puente entonces muy próximo y hoy día integrado plenamente en la ciudad.

A su lado se encuentra la obra creada por el escultor José Gonzalvo de Rubielos de Mora. Está compuesta por chapa de hierro soldado y consta de tres figuras principales símbolos de la ciudad de Teruel: el ángel, el toro y el peñista. Encima del conjunto se encuentra una estrella, icono fundacional de la capital. La escultura se apoya en un pedestal de piedra y en los costados del mismo, hay cuatro placas grabadas con forma de pergamino.

Este monumento representa la tradicional fiesta de la Vaquilla del Ángel de Teruel, que tiene sus raíces en el 31 de agosto de 1679 y se celebra el segundo domingo después de San Pedro y el más cercano a San Cristóbal.

Primer ensanche y Rincón del beso

Siempre han existido construcciones fuera de la ciudad en la carretera que llevaba a Sagunto, inaugurada en los primeros años del siglo XIX. Para llegar a estas viviendas y al pueblo valenciano, era necesario descender una pendiente de alrededor del 6-7%.

Para mejorar la conexión entre el Teruel antiguo y la meseta, se propuso y aprobó la construcción del Puente de Fernando Hué a principios del siglo XX. Aunque el objetivo original del puente era simplemente mejorar la ruta hacia Sagunto, se sabía que una obra de tal magnitud (constituida por 5 arcos de hormigón armado) haría que Teruel se convirtiera en una ciudad más atractiva para vivir. Por lo tanto, en 1928, un año antes de que se completara el puente, el Ayuntamiento aprobó un plan urbanístico para la zona de Pinilla, que incluyó el primer ensanche de la ciudad. Como resultado de la nueva infraestructura, Teruel comenzó a expandirse rápidamente por la zona, y en la actualidad, la mayoría de su población reside allí.

RINCÓN DEL BESO

Se trata de un espacio ubicado en el parque Fernando Hué del barrio del Ensanche turolense. Diseñado por el arquitecto turolense Javier Hernández, el espacio con forma de banco aúna, en su estructura formal, un diseño de un corazón en acero corten con una estrella mudéjar de color verde. Su ubicación en los jardines del parque permiten a las parejas que visiten la ciudad llevarse una foto que será un recuerdo inolvidable, observar el 'skyline' con las torres mudéjares, una de las mejores vistas de la ciudad y el Seminario desde el mirador ubicado en el entorno.

Los Alfares de Teruel

Situado en la zona noreste de la ciudad los Alfares de los Hermanos Górriz un espacio turístico, cultural y educativo, un espacio vivo para la ciudad. En él se alberga el Centro de Interpretación de las Arcillas, proyecto derivado del programa europeo Life+ de recuperación del área natural de Las Arcillas. Los visitantes podrán encontrar en una de las salas de estos alfares una maqueta del Parque de las Arcillas antes de la actuación Life+.

Estos antiguos alfares, que fueron declarados en 2005 Bien de Interés Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés, proponen promover la difusión y el disfrute del patrimonio artístico, arquitectónico y natural relacionado con la arcilla, así como poner en valor el paisaje de Las Arcillas y las instalaciones alfareras como origen y proceso de nuestro tan valorado mudéjar. Su reciente rehabilitación en 2021 abre la puerta para que la gente que nos visite pueda conocer cómo era el recinto de un alfarero y cómo era su día a día en el trabajo. Los Alfares de los Hermanos Górriz no sólo constituyen un nuevo centro turístico de relevancia en la capital, también actividades educativas con escolares de la ciudad, del resto de la provincia y de otras provincias cercanas, actividades artísticas en colaboración con la Facultad de Bellas Artes y la Escuela de Arte, y actividades culturales promovidas por la concejalía de Cultura.

Museo a cielo abierto en San Julián

El Museo a Cielo Abierto, nació en 2010, en forma de iniciativa vecinal y con un claro carácter reivindicativo por los retrasos ocasionados en la remodelación del antiguo Asilo de San José en el que hoy se alberga el Centro Social de San Julián.

Actualmente cuenta con más de 35 murales que recorren el barrio, realizados por artistas locales e internacionales como Hugo Casanova, Eleman, Muere, Ericuxo, Mr. Chat, Mr, Chapu, Isaac Mahow, Mister Trazo, Toni Espinar, entre los años 2010 a 2018, que ofrecen tanto a turolenses como a turistas, una nueva visión del barrio, mostrando parte de su historia y su tradición.

LA NATURALEZA QUE NOS RODEA

Aunque los alrededores de la ciudad se prestan a recorridos de interés paisajístico o cultural, como las fuentes de la Salud o la Peña del Macho, es interesante hacer una excursión en la que ambas cosas se conjugan a la perfección. Se trata de la visita al yacimiento arqueológico del Alto Chacón, también conocido como la ciudad Ibérica. Situado en el borde de la Muela, a unos tres kilómetros del núcleo urbano, se accede al lugar atravesando el Turia y subiendo por el Barrio de Jorgito hasta la planicie de la Muela, en el poniente de la ciudad. Se puede llegar en coche por un camino de tierra que sale a la derecha nada más sobrepasar la antena de la emisora.

Los amantes de la arqueología encontrarán, en un lugar privilegiado, un yacimiento del siglo I antes de nuestra Era, de origen celtíbero. Está acondicionado y con carteles que facilitan su interpretación. Desde su estratégico enclave se domina con la vista un amplio territorio que un pequeño mapa nos ayudará a reconocer. Aunque se puede hacer la excursión en cualquier época del año, la primavera y el otoño, o el verano fuera de las horas centrales, son los momento más recomendados para su visita.

arte y arquitectura, leyendas y tradiciones arraigadas, una ciudad viva.

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